El evangelio según Juan Cap.1

Estudio bíblico: Juan 1:1-18

El prologo del Evangelio. Un resumen de uno de los pasajes con más profundidad teológica de las Sagradas Escrituras.

 

Estudio bíblico de Juan 1:14

El Verbo se hizo carne

El Verbo habitó en nosotros

El Verbo mostró su gloria

 

 

Estudio bíblico de Juan 1: 3-13

Jesús el Creador

Jesús la Vida

Jesús la Luz

Aquí el Audio de la predicación

Link para ver el Video de la predicación

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El Verbo

Estamos estudiando el evangelio según Juan y seguimos observando las verdades que nos revela el primer versículo del evangelio.

Juan 1: En principio era el Verbo (Logos), y el Verbo (Logos) era con Dios y el Verbo (Logos) era Dios.

La semana pasada nos metimos de fondo en el significado de los tres “eras” que aparecen en este versículo.

En principio era, habla de la eternidad del Verbo. Jesucristo estuvo en la eternidad como parte de la decisión divina de crear todas las cosas, las visibles y las invisibles con el fin de exponer y exaltar la gloria de su divino ser. Y esto incluye el plan de redención por el cual el Hijo mismo aceptó el camino a la cruz para rescatar a los que por fe se arrepienten de sus pecados y aceptan a Cristo como Salvador.

El verbo era con Dios, nos habla de que hay una pluralidad de subsistencias, o personas en en el seno del ser divino. Padre, Hijo y Espíritu Santo. Y estas tres personas son Dios en esencia el único ser divino, con todos sus atributos o perfecciones. Estas tres subsistencias o personas son de la misma esencia y componen el único Dios verdadero, y cada una de estas personas tiene su misión, su trabajo dentro del ser divino.

Por último, “el Verbo era Dios”, nos deja clara desde el inicio la identificación que Juan hace de Jesucristo; él es Dios, en la persona de Hijo.

Hoy vamos a seguir sumergiéndonos en el evangelio, aunque no salgamos del primer versículo. Nos toca entender el significado por el cual Dios inspiró a Juan a identificar a Jesús con el Verbo, el Logos. Vamos a intentar hacernos algunas preguntas en relación con el significado de está palabra y su aplicación a la persona de Jesús.

¿Qué significa Verbo?

¿Por qué usa Juan esta palabra?

¿Por qué identifica Juan a Jesús con esta palabra?

Veamos, primero, que significa la palabra. Tengamos en cuenta que Juan escribe su evangelio allá por el año 90 dC. La iglesia ya había empezado a arraigar en muchas ciudades del Imperio Romano. Pero Juan es judío y los judíos tras la aniquilación de Jerusalén en el año 70 dC había sido esparcidos por todo el Imperio. Por tanto, Juan escribe tanto a sus compatriotas judíos como a los lectores no judíos o gentiles, es decir, de cultura griega que era lo que imperaba en el Imperio Romano.

Bajo estas premisas, el termino Logos o Verbo, tenía que ser un concepto claro y reconocible para ambas culturas, griega y judía.

Veamos lo que opinaban los griegos del concepto Verbo, qué significaba para ellos.

Pablo que predicó por todo el Imperio llegó, también, a Atenas. El centro cultural histórico de mundo griego.

Hec 17:21 (Pues todos los atenienses y los extranjeros de visita allí, no pasaban el tiempo en otra cosa sino en decir o en oír algo nuevo.)

“Decir y oír”, el arte de la retórica, el pensamiento, el razonamiento, era para los griegos el deporte nacional.

Pero el concepto Logos viene de muy lejos en la cultura griega. La palabra en su origen era un término matemático que significaba “dar cuenta de algo”.

Pero pronto se empleo la palabra para hacer referencia al lenguaje, las palabras, el razonamiento de las cosas.

Como curiosidad, la cultura china, incluso más antigua que la griega, tiene un concepto similar, es la palabra Tao, y de ella se deriva la corriente filosófica religiosa china “taoísmo”.

Ahora, desde Pytagoras, el filosofo y matemático griego alla en el 550 aC, la palabra se usó para en sentido de orden cósmico y equilibrio universal. Luego, el filosofo Heraclito (500aC) le dio ya un peso más profundo si cabe. El escribe:

“El mundo muestra orden porque refleja la esencia del Logos que lo creo” (Heraclito)

El Logos fue aplicado e identificado como la esencia del ser divino que armoniza el universo que es su creación.

Este es el concepto que Juan usa y que no era nada desconocido para los griegos.

Ahora veamos que le debería sugerir la palabra Verbo a los judíos. Esto nos es algo más sencillo porque para conocer lo que significaba para la cultura judío tenemos que acudir a lo que para ellos era la autoridad escrita, el AT.

Gn.1:3 Y dijo Dios…

         Sal. 33:6 Por la palabra del Señor fueron hechos los cielos, y todo su ejército por el aliento de su boca

         Los judíos entendían que la Palabra, el Logos, no se puede desligar del ser divino. Es la Palabra de Dios el agente creador de todas las cosas.

Ahora que sabemos que significa la palabra o el concepto del Verbo, el Logos, podemos también contestar la pregunta de por qué usa Juan está palabra.

Juan quiere demostrar e identificar a Jesús con el Dios Creador y usa el término, que, tanto para judíos como para griego, era bien conocido. Y por si alguien tuviese dudas añade el versículo—

Juan 1:3 Todas las cosas fueron hechas por medio de El, y sin El nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.

Esto finalmente nos lleva a la última pregunta que quiero responder con relación al Verbo.

¿Por qué usa Juan la palabra LOGOS para referirse a Jesús? ¿Qué razón tenía Juan para no querer dejar dudas en cuanto a la identidad de Jesús?

Hay dos razones diferenciadas a mi juicio. Primero, el concepto erróneo en que tanto judíos como griegos estaban en relación con el Verbo. Y, en segundo lugar, los ataques que arreciaban contra la identidad de Jesús.

No hay dudas que ni judíos ni griegos tenían el concepto Verbo correcto conforme a las escrituras. Esto ya nos lo deja claro Pablo—

1 Co.1:22 Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; 23 pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura;

El Logos, el Verbo de Dios, el Creador de cielo y tierra, crucificado. Para los judíos una idea inconcebible. Cómo va a ser que el Creador se humane y pueda ser crucificado. Imposible. El AT no revela estos hechos. Vosotros los cristianos interpretáis mal el AT y además no entendéis nada. Isaías 53 debe interpretarse como una figura. Es imposible que el siervo de Dios sea el Mesías. Y así hasta hoy. Los judíos no pueden aceptar la humillación del Creador para salvar y dar vida al ser humano. Ellos siguen pensando que la salvación es un derecho adquirido por pertenecer al pueblo judío y que obedecer la Ley y los preceptos que a lo largo de los siglos se le han añadido a la Ley es el medio para la salvación. En resumen, uno es salvo por las obras.

Para los griegos, Jesús, es simple locura. El Creador, la esencia del ser divino que ellos representan con todo un panteón de dioses, cómo va a morir. La muerte es todo lo opuesto a lo que define un ser divino. Y como va a ser que la muerte de un ser divino le otorgue inmortalidad a seres malvados y maliciosos. Un ser divino no puede rebajarse a tal extremo. Eso lo hace un ser inferior y ya no puede ser el Verbo, el Logos. El concepto de los cristianos es imposible de aceptar para la razón humana, es una locura.

Amados amigos, como vemos lo que pensaban en su momento tanto judíos y griegos no difiere mucho del concepto que hoy en día se tiene acerca de Jesús. Pero esta es justa la intención de Juan. Jesús es el Creador, él es el Verbo que es Dios. Y eso Verbo que es en esencia igual al Padre y al Espíritu Santo es el que ha venido a este mundo para cargar sobre sí mismo el pecado de la humanidad a fin de hacer posible con su sacrificio por los que creen en él, que Dios reciba con satisfacción la paga por nuestros pecados.

Es un tropiezo para judíos y locura para griego, pero para los que creen en Cristo, ciertamente, Jesús es el Salvador y el dador de la vida eterna.

En segundo lugar, debemos tener en cuenta los ataques que la iglesia seguía recibiendo en relación a la identidad de Jesús.

Por parte de los judaízantes, es decir, supuestos cristianos de origen judío que estaban en la iglesia, nos encontramos con el ataque de que la identidad de Jesús no era suficiente. Además de creer en cristo era necesario seguir las tradiciones de los judíos para ser salvos.

Gál.2:14 Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar? 15 Nosotros, judíos de nacimiento, y no pecadores de entre los gentiles, 16 sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.

Aquí vemos como ya Pablo tuvo que confrontar al mismísimo Pedro por ser arrastrado por la falsedad de las mentiras de los judaizantes dentro de la iglesia.

Y por otro parte, Juan comenzó a sufrir las falsas enseñanzas de los que consideraban a Jesús un dios inferior. Un dios inferior creado por el dios superior y por consiguiente el Cristo que presentaba el evangelio no es suficiente para poder acercarse a dios. Se necesitaba una iluminación especial para poder entrar en contacto con el dios verdadero. Esa iluminación se recibía por medio del Conocimiento elevado, la Gnosis. Está herejía sigue hasta el día de hoy en forma de grupos como los Testigos de Jehova, los Mormones y otras sectas que mezclan a la persona de Cristo con una conocimiento más exaltado.

Amados en Cristo, hasta el día de hoy los ataques a la identidad de Cristo no han cesado y no lo harán hasta que el venga en gloria, poder y autoridad. Pero en los cielos vive, reina y aguarda nuestro Verbo divino el momento para volver a la tierra e inaugurar su reino de mil años. Esto es lo que declara Juan en su Apocalipsis. Lectura de Apocalipsis 5:6-14

Voy a resumir y cerrar, amados en Cristo.

El concepto del Verbo es usado por Juan sabiendo que tanto los judíos como los griegos inmediatamente sabrían de que estaba hablando. Al usar “el Verbo” para identificar a Jesús está poniendo el dedo en la llaga tanto de judíos como de griegos. Para los judíos una herejía según su interpretación de la Ley. Para os judíos una verdadera locura a la luz de la razón humana. Y, sin embargo, Juan emplea este termino para mostrar la realidad del mensaje del evangelio. Jesús es el Verbo: La palabra creadora de todas las cosas. Dios mismo. Eterno. Co existente con el Padre y el Espíritu Santo. Uno en esencia, pero manifestado en la tierra como el eterno Hijo de Dios. Dispuesto a cumplir la misión de salvación que en la eternidad fue decidida en el seno del ser divino.

Gracias eternas debemos dar a nuestro Señor Jesucristo que no siendo Dios no rehusó dolor y humillación por salvarnos. A él la gloria. Amen.

 

En el principio «ERA»

            El evangelio comienza con las mismas palabras que el primer libro de la Biblia, el Génesis: “En Principio”

            Esta circunstancia, como ya dije en la introducción, atrapó poderosamente mi curiosidad.

            ¿Por qué el Espíritu Santo guío a Juan a comenzar su libro con exactamente las mismas palabras que ya inspiró a Moises, cerca de 1500 años antes, a arrancar el primer libro de la Biblia?

            Génesis comienza estableciendo el principio de la creación. Dios a su debido tiempo y según sus eternos planes decidió en un momento concreto comenzar la obra de la creación. “En principio Dios creo…”

Pero y Juan: ¿Qué es lo que quiere destacar con sus primeras palabras?

En principio el Verbo “era”.

            Cuando Dios, llegado el momento decidió comenzar, arrancar la historia del universo creado, ya en ese momento, el Verbo ERA. Antes del comienzo, antes de la fundación del universo, el Verbo, el Hijo de Dios, ya era, existía, tenía vida en sí mismo.

            Ap.1:4 Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia a vosotros y paz, de aquel que es y que eray que ha de venir,

            Juan 8: 58 Jesús les dijo: En verdad, en verdad os digo: antes que Abraham naciera, yo soy.

            Ahora, mis amados en Cristo, ¿qué aplicación debemos sacar nosotros de está verdad bíblica?

            De poco sirve conocer verdades, si esas verdades no afectan, no transforman nuestras vidas.

  1. El eterno Hijo de Dios estuve presente y es parte activa en la decisión de crear los cielos y la tierra, el universo, la edad de los hombres. Como creador desde el principio no hay nada que haya escapado a su control. Nada que le pueda coger de imprevisto. Pero sigamos pensando en esta realidad.

            ¿Si Él era desde el principio?

            Significa que toda la creación es parte de su decisión.

            ¿Si Él era desde siempre? 

            Significa que su plan perfecto de salvación nace y surge en el seno del trino Dios.

            ¿Si Él era desde el principio?

            Significa que su sacrificio, su muerte, su resurrección eran imprescindibles para que nosotros podamos tener vida eterna.

            ¿Esto a qué nos tiene que llevar, amados en Cristo?

            A la adoración más profunda y devota. ÉL que era es quien merece nuestra adoración reverente.

            Veamos ahora el segundo “era”— el verbo era con Dios

            Aquí nos encontramos con dos verdades muy importantes que debemos analizar con detalle.

            Primero, la sencilla: El Verbo era, es decir, existía con Dios. El Verbo y Dios son co-eternos. Si el Verbo era, existé, y tiene vida en sí mismo y es desde la eternidad, Juan certifica que ese Verbo era eternamente con Dios.

            Segundo, la difícil: El Verbo era con Dios, implica que el Verbo y Dios son dos “personas” diferenciadas dentro del ser de Dios. Esto nos lleva a confrontarnos con la esencia del ser mismo de Dios. Esto nos lleva al concepto de la trinidad. Una palabra que no aparece en toda la Biblia pero que es una verdad esencial que revela la escritura.

            ¿Qué es la trinidad? ¿Cómo es el ser de Dios que nos revela la Escritura?

            Tener un concepto claro de esta realidad forma parte del propósito de Juan al escribir su evangelio. Por eso arranca directamente y sin preámbulo y nos sumerge en el insondable ser de Dios.

            Vamos a acercarnos al ser de Dios aclarando lo que no es.

            Dios no es la absurda ecuación que algunos emplean para simplificar el tema: 1+1+1=1

            Dios no se puede simplicar con el ejemplo del triangulo. Un solo triangulo pero con tres caras diferentes. Todos estos modelos de simplificar nos llevan a deslizarnos en el triteismo, es decir, que hay tres seres divinos (tres dioses, triteismo) que juntos forman un solo Dios.

            Tampoco es correcto pensar que hay un Dios que se representa o expresa a sí mismo en tres diferentes modalidades, Padre, Hijo y Espíritu Santo, según corresponda a la situación.

            ¿Cómo podemos, entonces, concretar al ser de Dios?

  1. Tenemos que reconocer que no hay nada que pueda explicar perfectamente al inescrutable ser que es nuestro Dios. Lo tenemos que aceptar por fe porque así es como el mismo se revela en su palabra.

            2 Co.13:14 La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros.

           Ap.1:4-6 Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia a vosotros y paz, de aquel que es y que era y que ha de venir, y de los siete Espíritus que están delante de su trono, 5 y de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los muertos y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos ama y nos libertó de nuestros pecados con su sangre, 6 e hizo de nosotros un reino y sacerdotes para su Dios y Padre, a El sea la gloria y el dominio por los siglos de los siglos. Amén.

            Ef. 4:4 Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como también vosotros fuisteis llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; 5 un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, 6 un solo Dios y Padrede todos, que está sobre todos, por todos y en todos

            Gn.1:26 Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza

            La trinidad es algo que aceptamos por fe. No la podemos explicar. Pero está ahí. Es lo que revela la Biblia.

  1. Una razón más para creer firmemente en la trinidad.

            Juan Calvino, uno de los grandes teólogos de la reforma del siglo XXVI, llega a dar una curiosa razón para afianzar la trinidad de Dios. Estas son sus palabras:

            “Podemos encontrar en la Escritura otra nota particular con la cual mejor conocerlo y diferenciarlo de los ídolos. Al mismo tiempo como se nos presenta como un solo Dios, se ofrece a nuestra contemplación en tres Personas distintas.” Inst. Religión Cristiana Vol.I, Cp.13.

            Lo que Calvino está apuntando es que Dios es un ser tan especial y tan diferente a todo lo que la razón humana puede llegar a imaginar que lo hace completamente distinguible. Todo lo que el hombre intenta reproducir para hacerse una imagen de ese insondable Dios no deja de ser un idolo.

¿Qué puede el hombre hacer que se le parezca al Dios viviente?

Nada en absoluto.

            La afirmación de Calvino es la expresión de las confesiones cristianas más antiguas. En resumen viene a decir:—Tenemos un Dios único en tres personas.        El Dr. Sproul nos aclara este confesión en sus notas teológicas. Os leo—

            El termino “persona” no significa una distinción de la esencia de ser divino sino una diferente subsistencia. Una subsistencia del ser divino no es una diferencia de la esencia del ser en el sentido de otro ser. Cada subsistencia o persona subsiste o existe en la pura esencia del ser divino. La subsistencia (persona) es diferente en su ámbito pero no es un ser separado de la esencia. (No es un dios por si solo). Cada persona del ser divino tiene todos los atributos conforme a su esencia.

            Existe también una diferenciación en el trabajo hecho por cada miembro de la trinidad. Aunque la salvación es un trabajo en conjunto del ser divino, no obstante, cada persona opera y asume una misión diferente. El Padre inicia la creación y la salvación; el Hijo redime la creación y el Espíritu Santo regenera, santifica y aplica la salvación a los creyentes. (R.C. Sproul)

            Dicho esto podemos ahora abarcar el tercero de los “eras” de este primer versículo del Evangelio— el Verbo era Dios.

            ¿Pero entonces si el Verbo es Dios, no es esto una contradicción a lo que enseña la iglesia desde el inicio de los tiempos? ¿No está diciendo Juan que Jesús es Dios mismo?

            Sin duda, eso es lo que Juan nos está diciendo. Jesús es Dios. Juan nos está diciendo Jesús es el Hijo de Dios y por consiguiente es igual que el Padre. Pero al mismo tiempo Jesús es igual que el Espíritu Santo. El ser divino, en esencia, un único y misterioso ser, dispone de tres subsistencias que son divinas y al mismo tiempo se diferencian porque son diferentes en su misión y trabajo.

            Juan 10:30 Yo y el Padre somos uno.

             Juan 16:13 Pero cuando El, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir. 14 El me glorificará, porque tomará de lo mío y os lo hará saber. 15 Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que El toma de lo mío y os lo hará saber.

            El Espíritu Santo toma lo que es del Hijo porque en esencia es igual al Hijo, como el Hijo es en esencia igual al Padre.

            1 Juan 4: 13 En esto sabemos que permanecemos en El y El en nosotros: en que nos ha dado de su Espíritu. 14 Y nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió al Hijo para ser el Salvador del mundo. 15 Todo aquel que confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios.

            Juan 14:23 Si alguno me ama, guardará mi palabra; y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos con él morada

            Espero que ahora veamos con algo más de claridad el ser divino, el Dios viviente. Aunque no será hasta que le veamos cara a cara que comencemos a entender con mayor claridad a nuestro insondable Dios.

            Pero, amados en Cristo, Juan no arranca su magnifico evangelio con una de las frases más gloriosas y profundas de toda la Biblia. Yo estoy convencido de que el Espíritu Santo cuando inspiró a Juan a plasmar sobre pergamino su primer versículo lo hizo con una intención muy concreta. La intención de que cualquier lector, a lo largo de los tiempos, recibiera el impacto en lo más profundo de su corazón de encontrarse con el Verbo.

            ¿Quién es este Verbo? ¿Por qué lo presenta Juan como el Verbo? ¿Que significa el Verbo? ¿Por qué emplea Juan esta palabra?

           Preguntas y más preguntas. Y seguro que podéis añadirle algunas más. Al menos, eso espero. Pero no será hasta la semana que viene que podamos llegar a responder algunas de las preguntas porque por hoy se nos ha ido el tiempo.

   

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